Sobre Finca El Pedregal

Sobre la cordillera Ilamatepec, a 1600 metros de altura, se encuentra la Finca San Juan El Pedregal en Juayua. Desde 1960, la familia de Raquel se ha dedicado al café, cumpliendo con tres generaciones amantes por el cultivo y el cuido del mismo. Su abuelo compró la primera parcela y se fue extendiendo con el paso de los años hasta llegar a su tamaño actual, 14.5 manzanas. Actualmente, junto a su hermana, son la primera generación de mujeres en manejar la propiedad; lo cual ayuda a cambiar el paradigma de que las fincas de café son solamente manejadas por hombres. Desde niña, visitaba el cafetal junto a su papá como un paseo familiar. Daban largas caminatas por el terreno y jugaba con las personas que ayudaban a cortar el café. Al estar tan presente en la finca desde temprana edad, la misma marcó su vida y supo que cuando creciera llegaría su momento de manejarla y cuidarla en honor a su padre y a su abuelo.

Su padre, al haberle cedido el manejo de la finca, se convirtió en un mentor para ella. Él le ayuda a tomar decisiones y le enseña lecciones que se obtienen con años de experiencia en el oficio. Una de las más importantes ha sido la paciencia, la cual se necesita para conservar la calidad del café, dándole el mantenimiento adecuado de sombra, riego y prevención de enfermedades, para obtener buenos resultados. Por lo tanto, al tener el apoyo y guía de su padre, crean un vínculo especial. De igual manera, comparten el mismo interés de hacer crecer el negocio y transmiten el amor familiar a la finca, debido al cariño por el cultivo y la historia de esfuerzo y sacrificio detrás de ella.

Al entrar a la finca se puede lograr ver el cerro y el paisaje, junto a una vegetación bella y abundante, acompañado de un clima fresco al estar entre nubes. El vivero de la finca resalta al lado de los cipreses, naranjos, bambú y flor de izote, junto a la abundancia de abejas y fauna salvaje, lo cual le hace sentir conectada con la naturaleza y despeja su mente de la cotidianidad. Además, la propiedad se maneja de forma convencional, se hace una cosecha manual, los cafetales se encuentran bajo sombra y optan por el secado natural, lo cual genera un delicioso café dulce con notas frutales.

Actualmente, Raquel trabaja con la Cooperativa San José La Majada, a la cual le entrega los 120 quintales oro de café que produce al año. En el futuro, espera vender una parte de manera local. Sin embargo, siguiendo sus valores familiares de constancia y perseverancia, tiene la visión de hacer crecer la finca, invirtiendo en la producción para sembrar nuevas variedades de café y en sí misma para adquirir nuevos conocimientos para mejorar la administración y eventualmente ir escalando nacionalmente hasta lograr conexiones con nuevos clientes y exportar su café.

Raquel, mercadóloga, emprendedora en la venta de café molido y en grano, esposa, madre de tres hijos y apasionada por el cultivo, tiene muchas metas para perfeccionar el rendimiento de la finca y seguir operando de manera integral para que el proyecto florezca y rinda sus frutos. Asimismo, de la misma manera que su padre le enseña a ella, les inculca los valores familiares a sus hijos y espera que en el futuro ellos cuiden de la propiedad de la misma forma que ella, su papá y su abuelo, honren la historia de dedicación, arduo trabajo y compromiso que crearon sus antepasados.