Sobre Finca Ciudadela

Mi abuelo, Asunción Molina compró la Finca Ciudadela en 1975 a su suegra, la señora Lidia Adam de Palacios, quien heredó la finca de su esposo, el señor Salvador Palacios, caficultor por varias décadas.

En los siguientes años, mi padre Emilio Molina Palacios, compró de nuevo la finca Ciudadela a su padre, mi abuelo Asunción Molina, ambos trabajaban juntos con la exportación de café y actualmente, la finca está siendo trabajada por mi hermano y por mi.

Durante la construcción del lago artificial de Apanás, en el año 1964, finca Ciudadela fue usada para alojar a los trabajadores que participaron en la construcción, a causa de esto la finca poseía tienda de abarrotes, campamentos, salón de reuniones, farmacia, centro de salud y hasta un pequeño bar, dándole un estilo de pequeña ciudad a la propiedad. Estilo que aún conserva y es una peculiaridad apreciada en nuestra finca.

En Finca Ciudadela tenemos muchas historias, sin embargo, una de las que más me llama la atención es que durante los años 80, tiempos de guerra en Nicaragua, la finca fue tomada y ocupada por un grupo de armados. El grupo de armados ingresó a la finca Ciudadela y la dio por suya, la finca estaba tomada, perdida, pero mi padre no se quedó de brazos cruzados y se presentó en la finca junto con su abogado, para reclamarla, al ver que los armados no tenían intención alguna de regresarle su finca, don Emilio les dijo una mentirilla, que si no le entregaban su finca, la Mocuana (una personaje ficticio de terror en cuentos populares nicaragüenses y que se cree la familia Molina la tiene bajo su resguardo) tomaría la vida de cada uno de ellos, día a día, hasta que no quedara nadie, tras la amenaza tuvo que salir huyendo de la finca a como pudo pues los armados arremetieron contra ellos a punta de bala.

Al día siguiente, no se sabe por qué, amaneció ahogado uno de los armados en una de las quebradas de la finca, basto con eso para que todos los armados huyeran de la finca dejándola libre y al mismo tiempo sirviendo para que a nadie más le quedaran ganas de apropiarse de la tierra.

Finca Ciudadela desde aquellos años hasta el año 2017, logró sacar más de 5,000 cargas de café con sus 140 manzanas de extensión, se trabajaba con conciencia, cuidando el cafetal, pagando precios justos a los cortadores, poniendo atención a la calidad de su café, respetando y preservando la flora y fauna que le rodea. Fue una finca próspera y bien atendida que rindió sus frutos. Su grano oro estaba por todo el mundo.

Don Emilio ya había restaurado algunos de los campamentos de la pequeña ciudad en la finca, y también había empezado la construcción de un hotel para el ecoturismo, para compartir con el mundo la belleza del lago Apanás, las cascadas y la tierra tan exuberante de la región.

En el año 2018, la crisis sociopolítica que ocurrió en Nicaragua afectó significativamente el acceso a créditos de la banca y la baja de los precios empobreció a los caficultores y la situación de Finca Ciudadela se vio seriamente afectada.

Nosotros perdimos varias fincas, pero no perdimos nuestra preciosa Finca Ciudadela.

Detalles

TAMAÑO: 140 manzanas (approx. acres)

ELEVACIÓN: 1,000 masl

VARIEDADES: Catimor, Caturra, Catuai, Maragojipe

PROCESO: Lavado

PERFILES DE SABOR: Chocolate, Frutos Rojos

UBICACIÓN: Jinotega, Nicaragua

Información de Contacto:

Correo Electrónico: molinacafe@yahoo.com