Sobre Finca La Asunción

Mélany es una mujer joven de dieciocho años que vive en el departamento de Chimaltenango en Guatemala. Ella es de la cuarta generación de una familia caficultora y su familia le motivó a querer producir café y las ganas de incorporarse a ella. Mélany crecía con el amor de café que distingue el café de La Asunción. Cuando era niña y ayudaba a la familia a cortar el café, a veces cortó el café verde para terminar más temprano. Su abuelo le enseñó a cortarlo con paciencia y siempre con amor, aunque el trabajo sea costoso, y hoy Mélany sigue con esta meta por el café y la finca. Experiencias como estas motiva Mélany querer prepararla más para poder aportar más la cooperativa. Ahora, después de graduarse con su título universitario, ella está integrando en la cooperativa como secretaria bilingüe. El lado administrativo ha sido más de información en un cuaderno, manual, y La Asunción tiene ganas de exportar y crecer para que sea necesario tener más control y más orden en el administrativo. Mélany desea apoyar este cambio e ingresar más tecnología e innovación a los procesos de La Asunción. Tiene la meta de que sus socios de la cooperativa pueden ver lo capaz que puede ser y depositar su confianza en ella.

Ahora, con el apoyo de la comunidad y la generación nueva de caficultoras como Mélany, las parcelas de La Asunción están produciendo café de alta calidad y siguiendo con su misión comunitaria y social. Crecía la calidad poco a poco – en 1998, empezó con asistencia técnica y cosechaba con personal experimentado. En 2008, conocía las variedades de café y el tipo de suelo de la finca. Un reto que ha enfrentado La Asunción ha sido el agua, esto debido que, la aldea donde se ubica la finca no llega mucha agua. Por lo tanto, tienen límites en el uso del agua y si se pasan de la cantidad de agua que les corresponde los multan. Este año consiguió un pozo para uso comunitario. Además, tiene agrónomos que ayudan con los proyectos y otros expertos para aprovechar la tierra. Estos pasos, junto con el amor y la dedicación que se da mientras se cultiva, eso lo hace el café especial y a la vez único.

Hoy en día, la cooperativa es una comunidad verdadera. Todos los miembros tienen la oportunidad de compartir sus pensamientos, metas, y retos. Hay mucho apoyo entre ellos y todos están valorados. También está aumentando su trabajo social y está a punto de empezar un programa para proveer educación a los niños de mujeres de pocos recursos que trabajan en las parcelas.

Ahora la Cooperativa La Asunción tiene ganas de exponer a más público la calidad de café que, de esta dedicación, produce y seguir adelante con el proceso de desarrollo del café y de la cooperativa. Con el amor y dedicación de los miembros, con la innovación y pasión que trae la próxima generación como Mélany, ya está en camino. Puede leer más sobre la historia de la cooperativa de La Asunción aquí.