Sobre Finca Villa Maria

Al oler el aroma de una taza de café, Alcira sonríe porque sabe que dentro de esta taza, mas allá que solo gran calidad, también hay 200 años de historia familiar y pasión por la caficultura.

Alcira recuerda la primera vez que su abuela la llevó a conocer su finca. Recuerda la emoción de subir a la cama del camión y venir agarrados con su hermano desde San Salvador hasta Ataco. Las plantas de café estaban llenas de frutos de un color rojo intenso y vibrante. Su abuela cortó una de las cerezas y se la dio a Alcira para que probara su sabor. Era dulce y fuerte, tal y como todas las matriarcas que habían llevado la Finca Villa María por cinco generaciones.

Las parcelas de Villa María y otras fincas fueron adquiridas por el tatara abuelo de Alcira, Felipe León con esposa Simona y su hija Maria Antonia. Maria Antonia heredó una finca exitosa, y continuó manejando la finca con su carácter fuerte, trabajador, y con mucha pasión por el café. Con esta misma pasión la abuela de Alcira, Aracely, trabajó la finca por 50 años, hasta el día que falleció.

Alcira finalmente heredó la finca Villa Maria en el 2016. En cuatro años de trabajo, ha tenido al oportunidad de reforestar con 10,000 plantas de café, árboles maderables y frutales, ultilizar practicas de secado de cafe en proceso natural y honey, y cajueliar parte de los tablones para generar materia organica y oxigeno a la planta. Recientemente, creó un vivero en la finca, y abrió un coffee shop en Ataco llamado Villa Maria, Café de Altura. A pesar de todos estos cambios, la finca Villa Maria mantiene como pilar de su filosofía cafetalera que “Lo especial de mi café, es el sabor que tiene debido a las manos que cuidan de él” ya que todas las personas que trabajan en la Finca Villa Maria son como una gran familia.

Alcira sigue viendo para adelante con una mentalidad de superación y mejora constante. Está lista para continuar en sus retos de comercializar su café. Sabe que ha mejorado todos sus procesos, y si continúa trabajando el café con el mismo amor y dedicación, puede llegar a la meta de que se reconozca su calidad más allá de El Salvador. Ella espera poder representar su café en subastas y ferias internacionalmente. La mayor meta de Alcira es poder heredar una finca saludable y próspera a sus hijas, y que ellas sientan el orgullo de ser parte de una línea de mujeres fuertes que trabajaron por su propio éxito.

Hoy, Alcira lleva a sus hijas a Villa Maria a ver cómo se lleva la finca, para que entiendan la delicadeza que toma entregar un lote de buena calidad desde la semilla, el corte, hasta el proceso. Las toma de la mano y bajan por los senderos hasta llegar a los tablones. Allí Alcira corta dos cerezas y les da de probar estas frutas a sus hijas, una de las cosas más deliciosas que hay, preparando así a la siguiente generación de mujeres dulces y fuertes de la finca Villa Maria.