Sobre Finca la Prosperidad
El olor del café y el sonido del agua corriendo desde los nacimientos y bajando por las montañas son recuerdos impregnados en mi memoria desde que mi padre me llevaba a la finca para fertilizar y podar los árboles de café, cortar las cerezas y ponerlas a secar. Para él no era una niña frágil como los padres de mis amigas las trataban, para mi papá yo era una persona más que podía aprender los trabajos duros del campo. Esta premisa creció en mí durante años y me convirtió en la mujer fuerte que soy ahora.
Como una mujer amante del café y con un sobre desarrollado sentido de valentía adquirí mi primera finca a pesar de la renuencia de quien entonces era mi marido por apoyarme en lo que él creía sería “una mala inversión”. Yo estaba determinada a probarle que el café era más que solo un negocio sino fuente de trabajo para nuestra comunidad, reforestación y hábitat para animales silvestres, las más bellas vistas en época de flora y corta y, por supuesto, el camino que estaba destinada a tomar. Sin embargo, este camino no tardó en convertirse en el reto más grande de mi vida.
Las épocas impredecibles y el cambio climático no tardaron en presentarse como retos para nuestra finca: el exceso de humedad propició la esparción de la roya, plaga que al no ser controlada destruye fincas completas. Pero supimos enfrentarlo con la experiencia y acercamiento al café que nos caracteriza, cuidamos cada arbolito con amor y la sabiduría de generaciones para obtener café bañado por púrpuras amaneceres y dorados atardeceres, los regamos con agua que brota de la cima de las montañas y los alimentamos con el mejor fertilizante que podemos producir.
Seguidamente empezaría el segundo reto: convencer a mis 4 hijos de apoyarme y motivarlos para que continúen con la herencia familiar que, para este punto, serían un total de 4 fincas. Aunque, pasando el tiempo tuve que acomodarme a la idea de que cada uno está destinado a algo diferente; por lo que la alegría no cabía en mí cuando uno de mis hijos escogía el camino del café. No obstante, los cuatro son mi mayor orgullo y mi apoyo para empujarme a seguir en momentos arduos.
Así es como años después creamos nuestra propia marca de café llamada Tres generaciones, desde mi padre hasta mi hijo, tres generaciones de incansables trabajadores, tres generaciones de apasionados por las montañas, ríos y amaneceres, tres generaciones amantes del café.
Detalles
TAMAÑO: 5 manzanas
ELEVACIÓN: 1300 msnm
VARIEDADES: Colombia
PROCESO: Lavado
UBICACIÓN: Caserio El Triunfo, Cantón, Guanaste, Ciudad Barrios, San Miguel.
Información de Contacto:
Email: jkhonny7@gmail.com