Sobre Finca La Esperancita

Todo comenzó hace muchos años cuando mis padres compraron unas propiedades de café y comenzaron a cultivarlas. Guardo en mis recuerdos al llegar la época de vacaciones del año escolar que nos enviaban a supervisar la corta de café. Ha quedado en mi memoria la sensación de paz que se vive al estar en contacto con la naturaleza y ser testigos de cómo cobran vida los cafetales con las risas y cantos de los trabajadores, disfrutando de un clima fresco y de los atardeceres con la neblina que envolvía todo a su paso.

Con el pasar de los años, logre adquirir un terreno propio que había pertenecido a mi abuelo; él fue la primera generación, esto se siguió con mis padres y actualmente estamos tercera y cuarta generación trabajando para mejorar la calidad día con día junto a mi esposo e hijo.

A pesar de que el terreno estaba descuidado, acepté el reto, empecé a trabajarlo y poco a poco se fue transformando en un bonito cafetal. Al inicio lo que producíamos era poco, aproximadamente una arroba y ahora ya son entre 80 y 90 quintales, siendo este mi principal orgullo.

Actualmente, tengo alrededor de 30 años de contar con Finca La Esperancita, la cual se encuentra ubicada en el cantón El Guamo, Tepecoyo, departamento de La Libertad que forma parte de la Cordillera del Bálsamo y que está a 980 mts sobre el nivel del mar, lo cual le permite tener un clima bastante fresco, favoreciendo el cultivo del café. Aún se conservan algunos árboles Bourbon de buena calidad de cuando la adquirí. También, contamos con otras variedades como Pacamara, Cuscatleco y Caturra amarillo. Además, en nuestra finca se pueden encontrar distintos árboles frutales y maderables que permiten que nuestro café se cultive bajo sombra. Nuestro principal interés es practicar la caficultura orgánica al 100% y hoy en día ya se está trabajando en ello.

Todo esto fue posible gracias a los valores con los que siempre he trabajado: humildad y al mismo tiempo pasión. Por medio de ambos, he logrado proponerme objetivos de ir cambiando, mejorando e irme adaptando a las situaciones, conociendo a lo que nos enfrentamos y logrando poner todo el empeño para salir adelante. Mi meta a futuro es ya no solo dedicarme a la producción sino involucrarme en toda la cadena productiva del café, hasta llegar a tener mi propia cafetería.